Gewinner der Karl Max von Bauernfeind-Medaille 2016
Träume und Wahrheiten
fatum 3 | , S. 27
Inhalt

El significado de mi emigración

Die Bedeutung meiner Auswanderung

Spanisch

Venezuela es conocida por su majestuosa naturaleza, sus talentosas orquestas, su riqueza en recursos naturales como petróleo y gas natural, pero más que todo por su gente. Lamentablemente, estos factores han sido opacados en los últimos años por la tasa de inflación más alta del mundo (62,2 %) en el año 2014 según datos del Banco Mundial. Sudán, el país en segunda posición, contó con una inflación de 36,9 % en el mismo año. Además factores como el grave desabastecimiento de productos de primera necesidad como alimentos y medicinas y las altas tasas de homicidio, que sorprendentemente superan los datos de las muertes desde el comienzo de la guerra civil en Siria, afectan el día a día del venezolano. Todo esto ha llevado a la mayor crisis social de nuestra historia. Venezuela dejó de ser un país conocido por ofrecer nuevas oportunidades a inmigrantes europeos luego de la Segunda Guerra Mundial y una mejor vida a inmigrantes de Sudamérica, huyendo de las crisis que abatieron el continente durante los años 60 y 70, para convertirse en un país de emigrantes en los últimos 15 años. Según cálculos del año 2015, Venezuela tiene aproximadamente 31 millones de habitantes, de los cuales viven alrededor de 1,2 millones en el exterior. Un numero alucinante, si se compara la situacion actual con los años noventa, cuando solo alrededor de 50.000 venezolanos vivian fuera del pais.

En mi caso personal, emigrar de mi país estaba basado mas que todo en el deseo de experimentar culturas distintas a la mía, aprender nuevos idiomas y conocer personas con todo tipo de experiencias, con las cuales yo podría crecer como persona. Pero no puedo negar que la situación del país influenció mucho mi decisión de dejar mi hogar. Durante todo el proceso de tramitar la visa y hacer los preparativos del viaje estaba completamente emocionado de empezar una nueva etapa de mi vida. Después de todo, estaba tomando la decisión mas importante hasta ese momento. Solo unas semanas antes de mi día de partida, caí en cuenta de lo que significaba dejar Venezuela. Significaba que solo vería a mi familia aproximadamente una vez al año, cuando se dieran las circunstancias, significaba dejar a todo mi circulo de amigos, significaba partir de tantos recuerdos felices, significaba dejar mi lugar en una sociedad y en una cultura que conocía muy bien, para empezar todo prácticamente desde cero. Caer realmente en cuenta de todo esto, me hizo entender que cumplir uno de mis sueños mas grandes desde mi infancia, era a la misma vez uno de los momentos mas dolorosos que me tocaría vivir.

El proceso de inmigración me mostro una parte de la sociedad global que no había tenido mucha relevancia para mi cuando vivía en Venezuela: la tan gran importancia de un papel. Todo lo relevante a mi proceso migratorio solo se basaba en el nombre del país que aparece en mi pasaporte, solo se basaba en las relaciones diplomáticas y convenios que mi país pudiese tener con el nuevo país que se convertía en mi hogar. Mis aspiraciones de superarme cada día, de luchar todo lo posible para alcanzar mis metas, de mis deseos de mejorar la nueva sociedad que me rodea, todo esto era completamente irrelevante cuando un empleado publico tenia que tomar la decisión de darme un permiso de estadía o no. La cantidad de dinero que pudiese mostrar para asegurar mi estadía, se convertía en el factor mas primordial para tomar esa decisión. Por supuesto es ingenuo de mi parte pensar que en un proceso tan burocrático como la inmigración, que cada caso sea tratado bajo las circunstancias individuales de cada persona. Entiendo que la ley esta hecha para respetar los intereses del burocrático anfitrión y presentar reglas de juego donde cada participante tenga las mismas oportunidades. Sin embargo, es difícil aceptar que desde un comienzo no se tienen ciertas oportunidades por el hecho aleatorio de haber nacido en un anfitrión determinado o que mis padres no posean cierta nacionalidad.

A pesar de los aspectos negativos personales de mi inmigración, yo volvería a tomar la misma decisión si volviese en el pasado. La oportunidad de vivir en una sociedad con una cultura muy distinta a la mía me ha ayudado a mejorar como persona, a organizar mejor mis finanzas y mi día a día, a conocer otras perspectivas de los problemas mundiales, entre otros. Pero esta experiencia me ha ayudado sobretodo a valorar inmensamente mi propia cultura y querer representarla de la mejor forma. Creo que nunca me había sentido tan orgulloso de ser venezolano. Además, como muchos otros inmigrantes, me he acostumbrado tanto a este había que al hablar mi idioma materno, uso expresiones o palabras del alemán porque lo que quiero decir simplemente no tiene una traducción al español, me he acostumbrado al sentido de seguridad, que es muchas veces subestimado. El hecho de poder utilizar mi smartphone en un bus publico y no temer por mi vida es un sentimiento que no se puede describir tan fácil.

Sin importar cuantos años tenga en Alemania, que tan bien me haya integrado en esta sociedad, hablando su idioma, poniéndome Lederhosen para ir al Oktoberfest y aceptando las diferencias culturales, el mundo a mi alrededor y mi mundo interior siempre me van a recordar que soy un extranjero. Yo se que la migración es un tema muy importante en la sociedad, política y economía de Alemania, porque tiene muchas repercusiones, tanto positivas como negativas. Además con la llegada de los refugiados de guerra sirios, este tema ha tomado una importancia aun mas grande. Esto quiere decir que muchas veces este tema es tratado con estadísticas y generalizaciones que lamentablemente pierden el sentido personal y emocional del significado que tiene para nosotros, los inmigrantes. Al final del día puedo decir que mi historia personal migratoria ha tenido un desarrollo feliz, porque a pesar de los aspectos negativos, pude encontrar mi lugar en esta nueva sociedad. Después de varios años viviendo en Alemania ya no puedo decir, si mis sueños de infancia se cumplieron. Pero eso ya no es relevante para mi. Con el paso del tiempo he desarrollado nuevas metas y nuevos sueños que están conectados con mi decisión de emigrar. Creo que lo mas importante que he aprendido durante esta experiencia, es que realmente soy parte de una sociedad mundial. Yo puedo ser muy diferente a muchas personas culturalmente, pero lo que nos mueve, es al final lo mismo.

Deutsch

Venezuela ist bekannt für seine wundervolle Natur, seine talentierten Orchester, seinen Reichtum an Rohstoffen wie Erdöl und Erdgas, aber vor allem für seine freundlichen Leute. Allerdings wurde dieses überwiegend positive Bild dadurch getrübt, dass wir laut Daten der Weltbank im Jahr 2014 die höchste Inflationsrate (62,2 %) der Welt hatten. Sudan, das Land auf dem zweiten Platz, hatte im gleichen Jahr eine Inflationsrate von 36,9 %. Außerdem wird das alltägliche Leben der Venezolaner durch die Unterversorgung mit Grundnahrungsmitteln und Medizin und die extrem hohen Mordraten, die sogar höher sind als in Syrien nach dem Anfang des Bürgerkrieges, erheblich beeinträchtigt. All das hat zu der schwersten sozialen Krise unserer Geschichte geführt. Venezuela hat sich in den letzten 15 Jahren von einem Land, das vielen Europäern nach dem Zweiten Weltkrieg einen Neuanfang und vielen Südamerikanern ein besseres Leben nach den Krisen und Diktaturen der 60er und 70er bot, zu einem Land mit einer neuen emigrierenden Kultur entwickelt. Laut Berechnungen aus dem Jahr 2015 hat Venezuela ungefähr 31 Millionen Einwohner, davon leben etwa 1,2 Millionen im Ausland. Eine erstaunliche Zahl, wenn man die aktuelle Situation mit den 90er Jahren vergleicht, als nur ungefähr 50.000 Venezolaner außerhalb des Landes lebten.

In meinem Fall beruhte die Entscheidung für die Auswanderung auf dem Wunsch, andere Kulturen zu erleben, neue Sprachen zu lernen und Leute mit den unterschiedlichsten Erfahrungen kennenzulernen, mit denen ich mich persönlich weiterentwickeln konnte. Allerdings kann ich nicht bestreiten, dass die Lage Venezuelas meine Entscheidung, meine Heimat zu verlassen, sehr beeinflusst hat. Während der Vorbereitung meiner Auswanderung war ich unglaublich gespannt auf die neue Phase meines Lebens. Im Grunde genommen war ich dabei, die bis dahin wichtigste Entscheidung meines Lebens zu treffen. Erst einige Wochen vor meiner Abreise wurde mir die Tragweite der Entscheidung bewusst, Venezuela zu verlassen. Es bedeutete, meine Familie ungefähr einmal im Jahr zu sehen. Es bedeutete, meinen engen Freundeskreis zu verlassen. Es bedeutete, auf so viele zukünftige, glückliche Momente zu verzichten. Es bedeutete, meinen bekannten Platz in einer Gesellschaft und einer Kultur aufzugeben, in der ich mich sehr gut auskannte. Ich würde bei Null anfangen müssen. Mir wurde plötzlich Folgendes bewusst: Mir einen meiner großen Träume seit meiner Kindheit zu erfüllen, war gleichzeitig einer der schmerzhaftesten Momente meines Lebens.

Das Migrationsverfahren zeigte mir einen Aspekt des globalen Zusammenlebens, der für mich nicht viel Relevanz hatte, als ich in Venezuela lebte: die große Wichtigkeit von Dokumenten. Alles, was für meinen Migrationsprozess relevant war, war meine nationale Herkunft laut meinem Reisepass. Es kam nur auf die diplomatischen Beziehungen und Abkommen zwischen meinem Ursprungsland und meinem neuen Heimatland an. Mein Bestreben, mich jeden Tag selbst zu übertreffen und so viel wie möglich zu kämpfen, um meine Ziele zu erreichen und meine Wünsche, die neue Gesellschaft um mich herum positiv zu verbessern, waren vollkommen irrelevant, wenn ein Sachbearbeiter die Entscheidung treffen musste, ob meine Aufenthaltserlaubnis verlängert werden konnte oder nicht. Die nötige Menge an Geld, die ich für einen finanziell abgesicherten Aufenthalt vorweisen konnte, war der vorrangige Faktor für diese Entscheidung. Es ist in einem so bürokratischen Prozess wie der Immigration natürlich naiv zu denken, dass in jedem Fall die individuellen Umstände einer Person berücksichtigt werden. Mir ist bewusst, dass das Migrationsgesetz zuerst die Interessen des Gastlandes beachten und dieselben Spielregeln für alle Teilnehmer sicherstellen muss, um allen die gleichen Chancen zu bieten. Trotzdem ist es manchmal schwierig zu akzeptieren, dass einem von Anfang an gewisse Möglichkeiten verwehrt sind, allein aufgrund der willkürlichen Tatsache, dass man in einem bestimmten Land geboren wurde oder dass die Eltern keine entsprechende Staatsangehörigkeit besitzen.

Trotz der negativen Auswirkungen meiner Auswanderung würde ich mich wieder gleich entscheiden, wenn ich in die Vergangenheit zurückkehren müsste. Die Möglichkeit, in einer so anderen Gesellschaft leben zu dürfen, half mir unter anderem dabei, ein besserer Mensch zu werden, meine Finanzen und meinen Alltag sinnvoller zu organisieren, die Weltprobleme aus anderen Perspektiven zu verstehen. Aber vor allem half mir diese Erfahrung dabei, meine eigene Kultur unermesslich zu schätzen und sie so gut wie möglich repräsentieren zu wollen. Ich glaube ich habe mich nie so stolz gefühlt, Venezolaner zu sein. Außerdem habe ich mich wie viele andere Ausländer so sehr an Deutschland gewöhnt, dass ich sogar bestimmte deutsche Ausdrücke oder Wörter benutzen muss, wenn ich in meiner Muttersprache rede. Denn das, was ich sagen möchte, hat keine Entsprechung im Spanischen. Ich habe mich auch an das Sicherheitsgefühl gewöhnt, das häufig unterschätzt wird. Die Tatsache, mein Smartphone in einem öffentlichen Bus benutzen zu können ohne um mein Leben zu fürchten, ist ein nicht leicht zu beschreibendes Gefühl.

Die Welt um mich herum und meine innere Welt werden mich immer daran erinnern, dass ich in diesem Land ein Ausländer bin; auch wenn ich viele Jahre in Deutschland verbracht habe und mich sehr gut in diese Gesellschaft integriert habe, indem ich zum Beispiel die Sprache gelernt habe, Lederhosen auf dem Oktoberfest trage und die kulturellen Unterschiede akzeptiere. Ich weiß, dass Einwanderung ein wichtiges Thema in Gesellschaft, Politik und Wirtschaft in Deutschland ist, weil sie sowohl positive als auch negative Auswirkungen hat, die seit der Ankunft der Kriegsflüchtlinge noch wichtiger in den öffentlichen Diskussionen geworden sind. Meistens werden diese nur mit Statistiken und Verallgemeinerungen geführt, die die persönliche und emotionale Bedeutung für uns, die Migranten, leider nicht erfassen. Letztlich kann ich sagen, dass sich meine persönliche Auswanderungsgeschichte glücklich entwickelt hat. Denn trotz der negativen Aspekte fand ich meinen Platz in dieser neuen Gesellschaft. Nach mehreren Jahren in Deutschland weiß ich eigentlich nicht, ob meine Kindheitsträume erfüllt wurden. Das ist aber für mich nicht mehr relevant. Mit der Zeit habe ich andere Ziele und Träume entwickelt, die stets mit meiner Entscheidung, auszuwandern, verbunden sind. Ich glaube, das Wichtigste, was ich durch diese Erfahrung gelernt habe, ist, dass ich wirklich ein Teil der Weltgesellschaft bin. Ich mag mich von den meisten Menschen kulturell stark unterscheiden, aber was uns bewegt, bleibt letztlich das Gleiche.


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